reyes magos


historia sobre reyes magos

“Los magos no eran malabaristas ni hacían suertes, sino que eran hombres sabios que se dedicaban al estudio de las estrellas; siguieron aquella estrella que los guió hasta el pesebre, donde se postraron ante el hijo de Dios y le ofrecieron oro por considerarlo Rey, Incienso por ser Dios y la Mirra por manifestarse como Hombre. Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar se pusieron mucho tiempo después, como parte de las tradiciones, así como el animal que montaba cada uno de ellos”.
Hoy en día, la tradición se sigue celebrando en Estados Unidos por las comunidades hispanas, y ya no es raro ver en las grandes ciudades a los Reyes Magos regalando juguetes a los niños.
Mágica aparición
La primera referencia que se hace de los reyes se encuentra en el Evangelio según San Marcos.
Sin especificar nombres, número o nacionalidades, el escrito narra el viaje sin descanso y destino fijo realizado por unos magos venidos de Oriente a consecuencia del nacimiento del Rey de los Judíos.
Llenos de regocijo por el anuncio, persiguieron una estrella deslumbrante que los guio hasta un humilde establo en Belén, donde encontraron al Mesías postrado en un pesebre y adorado por sus padres.
No fue sino hasta el Siglo 4 de nuestra Era, cuando la Iglesia Católica estableció esta fecha como fiesta, muestra fidedigna de un hermoso acto de amor.
¿Quiénes eran?
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Cortesía
Una representación de las tres figuras religiosas que se veneran en estas fechas como parte de la devoción mexicana.
Para algunos historiadores estos hombres pertenecían a una tribu llamada Los Magos, que practicaban el sacerdocio en Persia y Babilonia y tenían amplio conocimiento en teología y astrología. Por esta razón se les conoce mundialmente como los “Magos de Oriente”.
También se les bautizó con los seudónimos de sabios y reyes, debido a su amplio conocimiento.
Un códice encontrado en la biblioteca de París durante el Siglo 7, cita que estos magos se llamaban Melchor, representado por un hombre anciano de barbas blancas; Gaspar, con apariencia de un joven rubio; y Baltasar, de tez negra y barbas onduladas.
La diversidad de razas de los magos hace alusión a la gama de pueblos existentes en el mundo, quienes en signo de adoración llevaron oro, regalo digno de reyes, incienso, indispensable para la adoración de dioses y mirra, símbolo de la mortalidad del Mesías.
Independientemente del lugar de origen, en algunos hogares los niños siguen dejando sus zapatos cerca del árbol de Navidad, esperanzados por encontrar el obsequio deseado el amanecer del Día de Reyes.